Mis chicos

miércoles, 25 de octubre de 2017

Vida mía

Antes que nada, este poema es muy importante para mí porque está dedicado a mi abuelita, su nombre es María Petrona y es la mujer que me cuidó y me crió como si fuera su hija. Aún lo hace, gracias a Dios y... un día vi la manera en la que el tiempo ha ido cubriendo su piel y me sentí melancólica.


A través del cristal
veo su belleza y es tal…
que el corazón sufre
por el tiempo que la cubre
Sus palabras de ternura
abrazan la hermosura
y de su alma brotan
lunas que no se agotan
su risa fácil
repara al frágil
que con heridas viene
y su beso un milagro tiene
El profundo mirar
de sus ojos ámbar
ofrece un consuelo que quiebra
hasta la más dura hiedra
En su mar
de bondad habitar
mi sueño y realidad
pactan una verdad
Mis pies anhelan
regresar quisieran
al cálido hogar
de su fiel amar
Vida mía
mi María
tu amor cobija
a quien llamas hija.

Un (no) canto a la vida


Yo no le canto a la vida
yo le grito
con un susurro ronco
y ella me escucha
me engendra
abrazo su oscuridad
la tatúo a fuego
quema…
Me concede el don de la luz
de la vida
y canto y bailo y río
como quien despierta de un coma
y la vida le ha añadido un punto encima
para renacerla
como el ave fénix
extiendo las alas
y el susurro tiene melodía
aquel retumbar del motor
aquel órgano que palpita...

Con un dolor agónico en la mitad de mi cuerpo


La vida se me pasa, lo veo todos los días. Por doquier un millar de personas con las cabezas bajas, concentradas en una pantalla, esclavas.
Ya nadie se emociona por los pequeños milagros que suceden frente a sus narices, la vida se les pasa y con ello la mía también.

Sin embargo, aún tengo la esperanza de encontrar un par de ojos que sean capaces de mirar de frente, sin mentiras, unos labios que dejen de maldecir a diestra y siniestra, que sepan acariciar y tentar sin tocar, un corazón valiente.

No sé quién seas, ni quien creas que soy. Solo sé que cuando tus ojos se encuentren con los míos en una caricia sepa entender y dar gracias a Dios por quién he orado desde que comprendí que puedo recurrir a Él sin religiones.